Yo vengo de un colegio llamado Trilce y la verdad no sé a ciencia cierta por qué desgastaron esa palabra para denominar algo que no lo merece. En estos momentos, de seguro, estás abriendo la página web de la RAE y te encuentras con que "La palabra trilce no está en el Diccionario"; luego de esto, lo más probable es que no entiendas de qué carajos estoy hablando. Pero, vamos, no te aburras ni te pongas a ver MTV, prometo que esto vale mucho más la pena.
El nombre no definía a mi colegio: estudiar no era lo precisamente triste ni hacer nuevos amigos, lo dulce; la gratuidad con que tomaron ese nombre, en mi entendimiento, solo puede obedecer a razones más prácticas: darle categoría a dicha casa del saber; pero mi entendimiento no me dicta la respuesta del por qué esa curiosa palabra no figura en los diccionarios, cuando está tan patente en el mundo y en mi vida. The Irrepressibles son el más reciente ejemplo que he podido encontrar para definir trilce, o mejor dicho, ellos me encontraron a mí; ahora, es el turno de todos ustedes.
Imagínate que estás en un teatro inglés. Presenciarás el debút de una obra musical de la cual no sabes nada más que el nombre: "Mirror mirror". Derrepente se escucha una ovación al unísono, mientras las 9 nóveles figuras encargadas de orquestar dicha obra emprenden su camino hacia un extenso escenario repleto de musicalidad: guitarra, violín, piano, viola y chelo por un lado; contrabajo, oboe, cor anglais (WTF!!), flauta, clarinete y saxofón por el otro. Cada instrumento caprichosamente alineado al costado de su respectivo micrófono, pues, sí amigo, todos los actores, cantan. Ya te imaginarás como se ve ese escenario, tan lleno de objetos y personas, y tan lleno de arte a su vez; sí, quizá te lo puedas imaginar, pero lo que de seguro aún no puedes imaginarte es cómo suenan esos 9 pares de manos cuando realizan simbiosis con su siamés instrumento. No desesperes, lector, que en instantes lo sabrás.
Jamie McDermot posiciona su guitarra en perfecto equilibrio con sus sentidos, prueba el micrófono una, dos veces y ya está listo para empezar la función. "My friend Joe is a crazy bitch..." entona con profunda afinación, mientras el arsenal de musicales armas se meten a sus personajes listas a interpretar su papel. El delicioso violín desprende sutiles escalas que emocionan a cada uno de nuestros nervios; la guitarra, sin chistar, le sigue el juego. El opening de esta gran puesta en escena solo da pie a hacer un comentario: 5 estrellas. El segundo corte, "I'll maybe let you", relaja el éxtasis creado por el tema antes mencionado, claro, sin que eso signifique un descenso en la calidad de "Mirror mirror". Con cada repetición, el coro nos mece en un apacible drama, lo triste del tema es lo bello del mismo. "In your eyes": una pieza sutilmente confeccionada; "Anvil": graciosamente efectiva; "Forget the past": reconfortante y esperanzadora y así podría continuar, anunciando lo que a estas alturas ya es evidente: estamos ante una de las mejores obras que el 2010 nos puede ofrecer.
Luego de una "Transición instrumental", la obra va llegando a su fin. Jamie McDermot, Sarah Kershaw, Jordan Hunt, Charlie Stock, Nicole Robson, Sophie Li, Craig White, Rosie Reed y Anna Westlake se desgarran en cada uno de los segundos que componen "In this shirt", la despedida de la orquesta más extraordinaria que haya escuchado en mucho tiempo. El violín de Hunt y la voz de McDermot se van apoderando del escenario, y, a partir de los 2:24, se convierten en los protagonistas de esa obra de la que no sabías mucho y ahora quieres saberlo todo. En los 3:38, se te empieza a formar una lágrima y a los 4:27, varias ya han dibujado su húmedo camino por tus conmovidas mejillas.
La obra llega a su fin y la audiencia se para y aplaude; tú, el más satisfecho y emocionado de todos ellos, se distingue aplaudiendo con mucha más fuerza. Fueron los 46 minutos más tristes y los más dulces que alguna vez probaste.
Luego de una "Transición instrumental", la obra va llegando a su fin. Jamie McDermot, Sarah Kershaw, Jordan Hunt, Charlie Stock, Nicole Robson, Sophie Li, Craig White, Rosie Reed y Anna Westlake se desgarran en cada uno de los segundos que componen "In this shirt", la despedida de la orquesta más extraordinaria que haya escuchado en mucho tiempo. El violín de Hunt y la voz de McDermot se van apoderando del escenario, y, a partir de los 2:24, se convierten en los protagonistas de esa obra de la que no sabías mucho y ahora quieres saberlo todo. En los 3:38, se te empieza a formar una lágrima y a los 4:27, varias ya han dibujado su húmedo camino por tus conmovidas mejillas.
La obra llega a su fin y la audiencia se para y aplaude; tú, el más satisfecho y emocionado de todos ellos, se distingue aplaudiendo con mucha más fuerza. Fueron los 46 minutos más tristes y los más dulces que alguna vez probaste.
Espero que ahora, queridos lectores, la palabra trilce sea tan válida en sus vocabularios como lo es en el mío y se den cuenta que, muchas veces, en los triste se esconde lo más dulce. No pude encontrar tema malo, nota mal puesta, acorde defectuoso ni instrumento mal seleccionado, todo es tan perfecto que evadir esta docena de tracks sería equivalente a afirmarte enemigo de la música. Del teatro al disco, del circo al cielo; The Irrepressibles nos ahoga en un vasto océano de histrionismo y apoteosidad, poniéndonos a flotar en un sueño del que no queremos despertar jamás. Si mi vida fuese la más maravillosa obra teatral jamás creada se llamaría "Mirror mirror" y el dueño no sería yo.
2 posesos comentando:
me mataronn!!!!!
: )
se nota q t identificast con el contexto*
jeje gracias shani, qué bueno que te haya gustado el grupo y espero que hayas llorado bastante con sus canciones :) Cuidate y vuelve pronto!
Publicar un comentario