...cuando las manos empiezan a actuar por sí solas hay muy poco por hacer; frenéticas, dibujan los caprichos del demonio, en un intento de romper la barrera entre su mundo y el mío...
...la guitarra del diablo y la voz del súcubo son la conjugación perfecta para descontrolar a la bestia; crecen con el paso de cada segundo, como si en su adiós dejaran una huella de varias toneladas que al poco rato ya es incontenible...
...poco es lo que hablan, pero grande es su efecto; su sonido tan misterioso atrae al rock y otros demonios, y la crudeza de sus notas rasca el interior, no deja calma. Solo una señal más... levanta el rostro y mírate al espejo, y si hay una sonrisa que no controlas, felicidades, el demonio eres tú. Bienvenido, poseso.
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