De Inglaterra, como casi todo lo musicalmente bueno, Bonobo tiene el honor de añadir a la lista de géneros rockeros, independientes, poperos y ahora último, electrónicos que este blog ha promocionado, una nueva etiqueta: downtempo. Yo no sabía qué fuck era esto y, aunque su servidor se jacta de haber completado su avanzado en inglés en un instituto de renombre, más allá de "un tiempo más lento" no pude llegar a inferir. Yo solo me preocupé por describir al Black Sands como mejor pude antes de aventurarme a buscar el significado de dicho término y, vaya sorpresa! coincidí perfectamente con la acertadísima definición que cierta maravillosa enciclopedia web (Wikipedia) mostraba en sus páginas. Claro que no te lo pondré tan literal, si quieres saber qué es el downtempo, tendrás que perforar mi post completo en tus "un tiempo más lentas" neuronas.
El disco que les ofrezco hoy amplía la ahora costumbre del blog de postear electrónica, pero a diferencia de la psicodelia y la fiebre multicolor de sus anteriores exponentes, ahora te traigo electrónica en otra presentación: batida con trip hop. Veamos, coge esa pista de fondo que toda pieza electrónica usa, la tienes? sí, esa es, la repetitiva que nunca acaba; bien, una vez la hayas ubicado, añade fuertes líneas de bajo, y, finalmente, agrega lo que te de la gana, nada tan fácil como eso. Así es Bonobo señores, así es el Black Sands: simple y minimalista, pero a la vez experimental y divertido, agregando capas y capas de nuevas sonoridades salidas de prácticamente cualquier parte, manteniéndonos siempre a la expectativa de con qué inesperado aparejo hará mutar a la monotonía lineal de la conocida pista. Puede ser saxofón, violín o teclados, y si estos se cansan y los dedos pesan, cualquier cosa es válida para crear música: puede ser un silbido o lo que parece ser un choque de cucharas en una taza, un chasquido de dedos o un ligero gemido. El mentado disco apenas tiene voces (en 3 temas, a cargo de Andreya Triana), pero, vamos, quién las necesita con todo lo antes descrito, donde vientos, cuerdas y botones emiten palabras más convincentes que alguna de las más afinadas voces. La teoría entra mejor con ejemplos, no?
EL TORO
WE COULD FOREVER
ACÁ, ESOS CHISPAZOS DE REPENTINOS CAMBIOS INSTRUMENTALES NO SE MUESTRAN TAN PRESENTES PARA QUE LA VOZ DE TRIANA SE DESTAQUE MÁS. VÁLIDO TAMBIÉN.
Una reunión con tus amigos, un par de tragos y un bonito departamento, luces tenues, conversación amena y Bonobo. Más específicamente, Black Sands. Es el perfecto chill out que puede desempeñar el papel de buena música de fondo, pero también puede acaparar tu atención y hacer que tu conversación tan amena se torne en una seguidilla de preguntas acerca de quién es ese artista, de dónde viene y a qué dedica el tiempo libre; puede ser uno u otro, uno no sabe qué esperar. Y eso es lo que llamó mi atención casi instantámente del cuarto trabajo del músico inglés: esa inesperada naturaleza que el Black Sands revela sin discreción. Si aún no te convenzo, Bonobo lo hará por mí, a ver si te esperabas esto:
Yo tenía la idea que la electrónica era de lo más monótono y que cualquier hijo de vecino podía ser DJ, machucando unos coloridos botones y mareando grandes discos con pose atolondrada; uno hasta podía predecir qué sonido vendría luego del "uts uts" que escupía el sintetizador -otro "uts", claro está-, pero encontrarme con Caribou y luego con Bonobo es una clara señal que el dios de la electrónica me está enviando: no todo es lo que parece. Si esto es la electrónica, mátame, Señor, que no sé dónde rayos estuve todo este tiempo.
EL TORO
WE COULD FOREVER
ACÁ, ESOS CHISPAZOS DE REPENTINOS CAMBIOS INSTRUMENTALES NO SE MUESTRAN TAN PRESENTES PARA QUE LA VOZ DE TRIANA SE DESTAQUE MÁS. VÁLIDO TAMBIÉN.
Una reunión con tus amigos, un par de tragos y un bonito departamento, luces tenues, conversación amena y Bonobo. Más específicamente, Black Sands. Es el perfecto chill out que puede desempeñar el papel de buena música de fondo, pero también puede acaparar tu atención y hacer que tu conversación tan amena se torne en una seguidilla de preguntas acerca de quién es ese artista, de dónde viene y a qué dedica el tiempo libre; puede ser uno u otro, uno no sabe qué esperar. Y eso es lo que llamó mi atención casi instantámente del cuarto trabajo del músico inglés: esa inesperada naturaleza que el Black Sands revela sin discreción. Si aún no te convenzo, Bonobo lo hará por mí, a ver si te esperabas esto:
Yo tenía la idea que la electrónica era de lo más monótono y que cualquier hijo de vecino podía ser DJ, machucando unos coloridos botones y mareando grandes discos con pose atolondrada; uno hasta podía predecir qué sonido vendría luego del "uts uts" que escupía el sintetizador -otro "uts", claro está-, pero encontrarme con Caribou y luego con Bonobo es una clara señal que el dios de la electrónica me está enviando: no todo es lo que parece. Si esto es la electrónica, mátame, Señor, que no sé dónde rayos estuve todo este tiempo.
P.D.: La carátula del disco es una de las mejores que he visto en lo que va del año.
Si te quedaste con ganas de más, qué esperas! Puedes bajarte el disco desde nuestra página de facebook también.
2 posesos comentando:
ya había escuchado Caribou en otro blog y me dije: Esto no es lo q usualmnt escucho y no es el concepto q tengo de "electrónica" en mi cabeza, sin embargo, Me encanta.+
Esto es fresco y "rico" que, junto con Caribou, me hac pensar que se necesita escuchar más de este género, que en mi caso, "su otro lado" XD
Concuerdo contigo.
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