Si lo experimental tuviera forma humana....

...sería como la de Gonjasufi. The Pandora's Music Box, mi blog amigo, lanzó una pregunta al realizar uno de sus habituales posts acerca de la sensación experimental del momento: "Pitchfork le acaba de dar 8.4 al reciente álbum de Gonjsaufi y la pregunta que todos se hacen es: ¿se lo merece?" Pues, la verdad, no todos se hacen esa pregunta; yo, en lo particular, me hago otra: ¿acaso no se lo merece?

Prometí hacer la respectiva reseña de tan voceado disco y, aunque no lo hubiera hecho, nada cambiaría mi decisión de gastar valiosos minutos de sueño en hablarles de "A sufi and a killer". Nuevamente nos chocamos con otro debut y esta vez no se trata de una poblada banda, sino de todo lo contrario; estamos hablando del peculiar Sumach Ecks en solitario, quien, no contento con su extraño nombre, decidió crear ese apelativo aún más extraño por el que todos lo conocen. No sé qué significa ni mucho me importa, pues si de rarezas tenemos que hablar, ¿por qué distraernos en semejante pequeñez, teniendo 19 (sí, leíste bien) temas lo suficientemente extraterrestres? Bien, comenzemos.


"A sufi and a killer" es 1 gramo de soul, 2 de rap, 4 de psicodelia y 10 de experimentalidad, todo envuelto en un fino papel blanquecino, listo para fumar o escuchar, da lo mismo. Tú, lector, sí, tú, el zanahoriasa que se atora cuando le dan ganas de fumarse un cigarrito para ser bacán, no pretendas ser más bacán disolviendo esas coloridas estampillas en tu inmaculada lengua, mejor vente un rato y escuchemos "She gone", te prometo que tendrá el mismo efecto; te lo dice el mejor amigo del LSD.


EL TEMA SOLO DURA 2:45, NO 5 COMO NUESTRO QUERIDO YOUTUBE NOS INDICA... YOUTUBE D MI...!

Son 19 temas los que el californiano de cabeza rasta nos inyecta directo a la vena, pero no vayas a creer que el tripsaso dura lo mismo que el interminable viaje de color provocado por alguna sustancia alucinógena; la verdad, muchos de los temas no pasan los 3 minutos y, algunos otros, ni los dos, pero lo interesante de este trabajo es precisamente eso: lo cautivante que ese centenar de segundos puede llegar a ser. Cada tema te transporta a esa vaporosa dimensión donde solo los locumbetas pueden sobrevivir, pero todos lo hacen de una manera distinta: podrás volar con un poco de trip hop o sentir la melancolía con algunos arrullos femeninos; poguear un toque con crudas distorsiones y baterías aceleradas o elevarte al olimpo con una relajada atmósfera. Por último, si me quieres dar la contra y nada de lo anterior te complace, solo presta un poco más de atención a la hipnótica voz del greñudo músico y te apuesto que, luego de un par de frases, tu también le otorgarás los 8 puntos y pico que cierta alabada página le entregó.

Requisitos para disfrutar este LP: abre tu mente lo más que puedas, relájate en un sofá cómodo y trata de no marearte tan rápido, ahh, eso sí, ten cuidado con el bajón.

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